Capítulo 4: Un encuentro...¿casual?

La pintura.Pintura,pintura,pintura.Creo que también es otro de los motivos por lo que no deberían tirar una bomba al instituto.La pintura me relaja;la pintura me hace ser otra persona,otra persona completamente distinta a mí.Cada trazo,cada color,cada movimiento sobre el lienzo significan una cosa diferente;cada instante queda marcado en nuestras vidas como un recuerdo imborrable.Nada,ni nadie puede arrebatarme una de las únicas cosas que me gusta hacer.El profesor que nos ha tocado este curso se llama William,o mejor dicho,el señor William.El hombre es,sin duda,imponente.La verdad es que es el peor profesor que nos podía haber tocado: pero claro,este es el primer día y todo tiene que salir mal.¿Todo? Creo que este curso haré una excepción.Aún siento su mano cerrándose encima de la mía,su mirada,su sonrisa grabada en mi mente;es como un espejismo que no quiero que desaparezca nunca.Otra cosa es si volveré a verle.Quien sabe,habiendo cientos y cientos de chicos en el Lincon State High,pero quizá el destino se ponga de mi parte.Trazo otra linea verde en el lienzo,y me giro para enjuagar mi pincel.A mi derecha está Can,completamente concentrada en su cuadro e intentando no salirse mucho del lienzo.Sinceramente,y yo que soy su mejor amiga lo sé bien,no se le da especialmente genial la pintura.De hecho,la detesta,pero es el primer día y el señor William tiene que ver qué somos capaces de hacer cada uno y cuales son nuestras expectativas.Si no estuviéramos en el instituto,y no fuera nuestro profesor,ya le diría yo donde están sus expectativas.Pero está claro que el instituto es el instituto y no tengo ni la más mínima libertad para decir lo que pienso.Veo que el señor William se acerca por detrás de nosotras,así que escurro rápidamente mi pincel y doy un último trazo azul cielo a mi cuadro.Cuando ha terminado de ver el de Can,no con muy buena cara,se dirige a mí.Siento como la sangre me hierve y el corazón me va a mil por hora.

-Muy bien,clase,vuestra compañera,la señorita Stephenson,ha pintado un paisaje muy curioso.Por favor,acercaros a verlo,es una maravilla.-dijo el señor William con una sonrisa en la boca.

¿Paisaje curioso? ¿Una maravilla? La verdad es que no me esperaba que esas palabras salieran de la boca del grotesco y mortífero señor William.Es más,su voz sonaba incluso amable,cálida,amistosa;aunque está claro,que conociéndole,eso no duraría mucho tiempo.Reacciono ruborizándome y deseando que se me trague la tierra;pero no obstante,es un punto a mi favor.

-Gracias.Lo pinté pensando en los grandes jardines de Nueva Jersey City y en los prados que se extiendes por la región.No es nada especial.-digo bastante cohibida,teniendo en cuenta que tengo los ojos de toda la clase posados en mí y en mi cuadro.No estoy acostumbrada a llamar tanto la atención.En fin,solo soy rubia de ojos verdes,¿no? No tengo nada,en absoluto,especial.

El profesor se rió.¿Cree de verdad que mi cuadro está bien? No puede ser posible.

-No digas tonterías,es la clara representación del arte abstracto.Continúa así,Stephenson.Tendrás muchas salidas en el mundo del arte.-dice el señor William tan solo,para después dar media vuelta y continuar examinando los cuadros del resto de los alumnos.

Poco a poco,todo el mundo se va yendo a sus respectivos sitios maldiciendo por lo bajo y pensando,probablemente,que soy una pelota;aunque quizá a la gran mayoría le guste de verdad mi cuadro.Mi cuadro es una montaña,una alta montaña.Más abajo del cielo,y de la gran montaña,se extiende ante ella un gran prado verde y naranja,lleno de hojas y resplandeciente de alegría,como en pleno otoño.En el prado hay muchos árboles,con frutos secos,y muchas,muchas hojas verdes como sus ojos.En medio de todos los árboles,y en el centro del prado,estoy yo,con una mano levantada hacia el cielo y un vestido de flores.Intentando atrapar un corazón que vuela sin remedio,como en una tormenta,por el interminable cielo azul.

Cuando por fin suena la campana indicando que terminan las clases,aún mantengo la esperanza de volver a chocarme con Danny;sin embargo,eso no pasa,y yo camino esquivando a la gente por el largo pasillo del instituto.Can no me acompaña,porque tiene que visitar a su abuela en Atlantic;pero de todos modos,a estas cosas me gusta más venir sola.Salgo por la puerta del instituto y camino a paso lento por la calle,cogiendo el camino para llegar al Big Shopping Center de Nueva Jersey.Camino por la acera tranquilamente,pisando algunos charcos de la lluvia de la noche anterior.Atajo por un plaza con una fuente enorme y varios bancos,y por fin,entro al centro comercial.Me dirijo a la librería,y después a la zona de la música,donde están todos los discos;aquí está.No hay ningún empleado cerca que me pueda preguntar si me puede ayudar en algo,como siempre que hacen cuando vengo aquí,aunque ya saben perfectamente que siempre vengo a por lo mismo.En fin,nunca entenderé a la gente.Cuando hago amago de coger el disco que buscaba,Irindescent,de Linkin Park,veo que alguien también lo ha cogido por el otro lado.Es entonces cuando levanto la cabeza,y lo veo allí,delante de mí,como si fuera un espejismo,como si fuera un viento leve,un sueño del que no quiero despertar jamás;allí está Danny,intentando coger el mismo disco que yo,el de Linkin Park.No puedo hacer otra cosa que perderme en su mirada,como he hecho horas antes,y sonreír;él me la devuelve con la maravillosa sonrisa de antes,tan contento como yo.Entonces miro nuestras manos,y veo que las dos están la una encima de la otra,cubriendo la portada del disco.Otra vez,siento su piel junto a la mía,como si el mismo grupo,en este mismo momento,con estas hipnotizadoras canciones,nos quisiera unir para siempre.Naufrago hasta lo más profundo de él,y cuando pienso lo deseable que es su boca y lo mágica que es su mirada,como bien me podría decir el disco cubierto por nuestras manos,sé que simplemente,es el destino.Y esto es solo el principio de nuestra historia.

Katdy Mellark.